¿Ser amante o Esposa?
Esta es la Historia de Pilar: Desde los 17 años empezó mi vida fiestera pues mi cuerpo esbelto, mi cabello y mi cara atraían enormemente a cualquier hombre y la envidia de cualquier mujer, a decir verdad no me gustaba complicarme la vida.
Hombre que me gustaba lo disfrutaba, hasta que un día conocí a Alberto, nos gustábamos mucho pero había un detalle tenia novia, cosa que a mí NO me importaba, al cabo del tiempo sin darme cuenta lo empecé amar, pues rumbeábamos, comíamos, hacíamos el amor, etc., me sentía ganadora, y a veces sentía lástima por ella….
Todos los fines de semana me los dedicaba a mí, un día en una reunión escuche algo que me destrozo el alma aunque lo niegue, su novia estaba embarazada, pero porque terminar todo? y me dije: “Allá esa, que se llene de muchachos, yo sé que él me quiere y no lo voy a dejar”.
Un mes después me cito en el hotel de siempre, hicimos el amor como nunca, al día siguiente me entero de que se casaba, rápidamente fui a confrontarlo, con lágrimas en los ojos le dije: Porque te casas, si nosotros nos queremos y la pasamos rico? A lo que él dijo: no lo niego, pero a ella la respeto porque se da a respetar y será la madre de mi hijo, es la mujer que quiero como esposa… ¡eso sí! Siempre tendrás un lugar en mí y en mis fines de semana.
Hoy me pregunto ¿Quién gano? ¿Acaso la esposa? Que gano un hogar, un esposo, un hijo… O yo, la amante, Que gane un vacío, noches de pasión y algunos fines de semana. Me pregunto, es justo que las mujeres nos desvaloremos ¿así? Ellos no se rayan, ni pierden absolutamente nada, nosotras ¡SÍ! … Entonces, porque aceptar ese lugar de “Amante”.
Hombre que me gustaba lo disfrutaba, hasta que un día conocí a Alberto, nos gustábamos mucho pero había un detalle tenia novia, cosa que a mí NO me importaba, al cabo del tiempo sin darme cuenta lo empecé amar, pues rumbeábamos, comíamos, hacíamos el amor, etc., me sentía ganadora, y a veces sentía lástima por ella….
Todos los fines de semana me los dedicaba a mí, un día en una reunión escuche algo que me destrozo el alma aunque lo niegue, su novia estaba embarazada, pero porque terminar todo? y me dije: “Allá esa, que se llene de muchachos, yo sé que él me quiere y no lo voy a dejar”.
Un mes después me cito en el hotel de siempre, hicimos el amor como nunca, al día siguiente me entero de que se casaba, rápidamente fui a confrontarlo, con lágrimas en los ojos le dije: Porque te casas, si nosotros nos queremos y la pasamos rico? A lo que él dijo: no lo niego, pero a ella la respeto porque se da a respetar y será la madre de mi hijo, es la mujer que quiero como esposa… ¡eso sí! Siempre tendrás un lugar en mí y en mis fines de semana.
Hoy me pregunto ¿Quién gano? ¿Acaso la esposa? Que gano un hogar, un esposo, un hijo… O yo, la amante, Que gane un vacío, noches de pasión y algunos fines de semana. Me pregunto, es justo que las mujeres nos desvaloremos ¿así? Ellos no se rayan, ni pierden absolutamente nada, nosotras ¡SÍ! … Entonces, porque aceptar ese lugar de “Amante”.